ORAR POR SABIDURIA
¿Qué es lo que más
pides en tiempos de prueba?
Jacobo empieza con una descripción de la situación de quienes, como Job, se
encuentran golpeados por una serie de problemas de toda clase. El pasaje
dice literalmente que los problemas “les abrazan”.
A pesar de las circunstancias de estos hermanos, semejantes a las de Job,
el contenido del libro es diferente. Job discute el porqué de las aflicciones.
Santiago no se preocupa por el porqué, sino que nos quiere enseñar cómo debemos
vivir en medio de ellas.
Querido hermano, para hacer frente con gozo al sufrimiento hay que verlo
desde el punto de vista de Dios.
Dios permite problemas en nuestra vida con el fin de producir madurez.
Podemos regocijarnos porque nos damos cuenta del buen propósito de Dios para
nuestras vidas. Dios manda tribulación para producir paciencia en nosotros. Esa
paciencia sigue trabajando para producir la perfección.
Aceptamos el dolor porque entendemos Quién nos lo manda. Un Dios de amor,
Quien quiere perfeccionarnos, siempre está buscando lo mejor para nosotros. El
resultado del proceso es que lleguemos a la madurez; a ser todo lo que Dios
quiere que seamos. Así no nos faltará nada. Al comprender esta verdad, podemos
aceptar las pruebas con gozo.
Pero para aceptar las pruebas con Gozo, necesitamos pedir algo:
Hoy día, parece a veces que no cuentes como cristiano cuando das testimonio de la seguridad de tu fe. Eres un bicho raro, una excepción. Santiago es demasiado sencillo para razonamientos tan complicados, que tanto pueden infectar nuestra fe y nuestras oraciones.
Para él las cosas son simplemente así: no puedes orar bien con dudas en tu corazón. La duda tira de nuestra oración hacia abajo, de tal manera que no puede elevarse hacia Dios, como sacos de lastre que impiden subir al globo. Santiago nunca ha visto un globo, por eso utiliza otra imagen v.4: “el que duda se parece a una onda del mar, que es arrastrada por el viento, siempre inquieta”. Una ola no es un barco. Un barco puede navegar con ayuda de una brújula y así mantener el rumbo. Un barco es dirigible, una ola no.
Cristianismo Histórico
Jacobo enseña siete factores que, al ser comprendidos, ayudarán a los
afligidos a aguantar en medio de sus problemas. Son principios que el hombre
que tiene una fe viva, aplicará para sobrellevar la tribulación.
Estas pruebas son diversas, vienen de todo tamaño y de todos los colores.
Las pruebas se les amontonaban.
Orar por Sabiduría
Santiago 1:2-8 – “Si alguno de
vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios…” Esto parece estar en
contradicción con el final del v.4: “…sin
que os falte cosa alguna”. Pero el v.5 empieza con: “Si tiene falta de sabiduría…”.Entonces
¿falta algo? Sí, pero no es algo para que nos resignemos pasivamente a ello,
como si fuera culpa de Dios. No, ¡”pídala
y le será dada”! Pero no recibes nada sin pedirlo, o si oras con un
corazón dividido, v.6. ¡Qué cosas más hermosas se dicen aquí sobre orar!
Cosas fundamentales. Primero sobre Dios, y luego sobre el que ora.
Primero sobre Dios – “¡que da a todos,
despreocupadamente y sin reproche!” – ¡y cuánto no nos pudiera
reprochar!: “¡Por vuestra propia
culpa!”… Pero no nos reprocha nuestra falta, al contrario, lo cumple.
Él da, despreocupadamente, sin poner trabas, sin que haya un pero. Y da a todos,
quienquiera que seamos y como fuese nuestro pasado. A todos y no solamente a mí
como si yo tuviera el monopolio de la sabiduría.
Esto es lo que se dice primero sobre Dios: ¡Ése es el Dios que tenemos,
su corazón es tan grande, su bondad tan generosa! Pero ahora algo sobre
Segundo sobre v.5: “el
que ora”. Ése nos
ofrece un cuadro menos bonito.
v.8: “Inconstante en todos sus caminos”, v.6: “semejante
a la onda del mar”, v.8: “de doble ánimo”, v6: “el que duda”.
Ojalá pidiésemos nosotros siempre tan “despreocupadamente” como Dios da. Con frecuencia estamos
hechos un lío. Complicamos todo, hasta la relación que tenemos con Dios.
Tenemos problemas con orar, y si no los tenemos, los inventamos, u otras
personas nos hacen creer que los tenemos. Santiago NO recomienda la duda en
absoluto.Hoy día, parece a veces que no cuentes como cristiano cuando das testimonio de la seguridad de tu fe. Eres un bicho raro, una excepción. Santiago es demasiado sencillo para razonamientos tan complicados, que tanto pueden infectar nuestra fe y nuestras oraciones.
Para él las cosas son simplemente así: no puedes orar bien con dudas en tu corazón. La duda tira de nuestra oración hacia abajo, de tal manera que no puede elevarse hacia Dios, como sacos de lastre que impiden subir al globo. Santiago nunca ha visto un globo, por eso utiliza otra imagen v.4: “el que duda se parece a una onda del mar, que es arrastrada por el viento, siempre inquieta”. Una ola no es un barco. Un barco puede navegar con ayuda de una brújula y así mantener el rumbo. Un barco es dirigible, una ola no.
Pedro dejó el barco y anduvo sobre las aguas (Mt.14:22-33). Eso iba bien
mientras no perdía de vista a Jesús. Pero comenzó a hundirse cuando miraba a
las olas, porque en ese instante veía su propia imagen, semejante a una ola del
mar. Y entonces Pedro se hunde en esas olas, como es v.8: “de doble ánimo” e “inconstante en todos sus
caminos”.
Afortunadamente Jesús le extiende su mano salvadora y le sostiene y le
ayuda a seguir andando, porque “Yo soy
el camino”, también a través de fuertes vientos y a través de pruebas. Porque
¿no trata el capítulo 1 de Santiago acerca de pruebas/tentaciones? Pero
ahora esa “falta”
(v.5). ¿En qué consiste? Falta de sabiduría. Eso no se nos ocurre tan
fácilmente. Nos falta de todo, eso sí, dinero, salud, oportunidades de
ascenso, y así podríamos continuar…
¿Pero a quién se le ocurre esta falta y pide esto: sabiduría? ¡Pues sí, a
Salomón! (1R. 3) Salomón se hizo rico y poderoso, pero fue por su sabiduría que
ha llegado a ser tan famoso. Y la Biblia siempre se refiere a la sabiduría
práctica de la vida, de lo que por ejemplo está lleno el libro de Proverbios.
No necesitas diplomas ni calificaciones, ni tampoco títulos para ser una
persona sabia.
Padres y madres sabios, ancianos sabios. Personas que dicen en el momento
adecuado las palabras adecuadas, o que saben callarse sabiamente. Personas que
saben apaciguar riñas y resolver disputas.
Con sabiduría sacada de la Biblia. Una sabiduría que en el cruce donde
los caminos se separan, sabe elegir el buen camino, y que lo sabe indicar a
otros. En resumen (y de eso se trata en 1:2-4 y 12):
Sabiduría que
hace tomar la decisión correcta en pruebas y tentaciones.
Más adelante, en su Epístola, Santiago da este testimonio sobre la
sabiduría que viene de lo alto: “¡es
pura, pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin
incertidumbre ni hipocresía (3:17)!”
¡Para meditar un buen rato en ello! ¿No fallamos tremendamente en todo
esto? No nos preocupemos: pedid sabiduría, y os será dada. ¿No recibimos
enseguida una respuesta de lo alto en esta Epístola de Santiago, tan llena de
sabiduría práctica para la fe?Cristianismo Histórico
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