El Evangelio Según JESUCRISTO
El Evangelio de Dios
Es la creencia de todos los cristianos en todas partes
del mundo que Dios se ha revelado a Sí Mismo a través de las Sagradas
Escrituras, pero ¿Qué nos dicen ellas? y ¿Cuál es su mensaje principal? El
contenido de la Biblia
es tan extenso en todo lo que abarca que seria imposible resumirlo en este
breve folleto, sin embargo, se puede decir con certeza que su mensaje principal
se resume en el Evangelio.
1. ¿Que significa la palabra Evangelio?
La palabra “Evangelio” significa literalmente “buenas o
gratas noticias.” En la
Escritura , la palabra se refiere a las buenas o gratas
noticias de Dios.
2. ¿Cuan importante es el Evangelio?
a.- El
Evangelio es el único mensaje por el cual el hombre puede recibir la salvación:
“Porque no me avergüenzo del evangelio,
pues es el poder de Dios para la salvación de todo el que cree; del judío
primeramente y también del griego.” Romanos 1:16
b.- Cristo
mando a la Iglesia
que predicara el Evangelio a todo el mundo sin excepciones:
“Y les dijo: Id por todo el mundo y
predicad el evangelio a toda criatura.” Marcos 16:15
c.- El
Evangelio es tan importante que cualquier falsificación de ello resulta en
condenación:
“Pero si aun nosotros, o un ángel del
cielo, os anunciara otro evangelio contrario al que os hemos anunciado, sea
anatema (bajo maldición). Como hemos dicho antes, también repito ahora:
Si alguno os anuncia un evangelio contrario al que recibisteis, sea anatema.”
Gálatas 1:8-9
3. ¿Qué es el Evangelio?
“Ahora os hago saber, hermanos, el evangelio
que os prediqué… Porque yo os entregué en primer lugar lo mismo que recibí: que
Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; que fue sepultado
y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras;” 1Corintios 15:1-4
4. Según 1 Corintios 15:1-4, ¿Cuáles son
los dos puntos principales del Evangelio?
(1) Cristo murió por nuestros pecados.
(2) Cristo resucitó al tercer día.
5. ¿Como debemos responder al evangelio?
“El tiempo se ha cumplido y el reino de
Dios se ha acercado; arrepentíos y creed en el evangelio.” Marcos 1:15
El Evangelio de Dios Explicado
6. ¿Por qué murió Cristo?
“Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las
Escrituras.” 1 Corintios 15:3
7. ¿Son pecadores todos los hombres sin
excepciones?
“Ciertamente no hay hombre justo en la
tierra que haga el bien y nunca peque.” Eclesiastés 7:20
“Mira, sólo esto he hallado: que Dios
hizo rectos a los hombres, pero ellos se buscaron muchas artimañas.”
Eclesiastés 7:29
“Por cuanto todos pecaron y no alcanzan
la gloria de Dios,” Romanos 3:23
8. ¿Cuán grande es nuestra
pecaminosidad?
a.- Nacimos
en pecado habiendo heredado la naturaleza pecaminosa de Adán:
“He aquí, yo nací en iniquidad, y en
pecado me concibió mi madre.” Salmos 51:5
“Desde la matriz están desviados los
impíos; desde su nacimiento se descarrían los que hablan mentiras.” Salmos 58:3
b.- Nuestro
corazón y pensamientos son corruptos:
“Y el SEÑOR vio que era mucha la maldad
de los hombres en la tierra, y que toda intención de los pensamientos de su
corazón era sólo hacer siempre el mal.” Génesis 6:5
“Porque la intención del corazón del
hombre es mala desde su juventud.” Génesis 8:21
“Más engañoso que todo, es el corazón, y
sin remedio; ¿quién lo comprenderá?” Jeremías 17:9
“Porque del corazón provienen malos
pensamientos, homicidios, adulterios, fornicaciones, robos, falsos testimonios
y calumnias. Estas cosas son las que contaminan al hombre” Mateo 15:19-20
c.- Nuestras
obras son corruptas:
“Todos nosotros somos como el inmundo, y
como trapo de inmundicia todas nuestras obras justas; todos nos marchitamos
como una hoja, y nuestras iniquidades, como el viento, nos arrastran.” Isaías
64:6
“NO HAY JUSTO, NI AUN UNO; NO HAY QUIEN
ENTIENDA, NO HAY QUIEN BUSQUE A DIOS; TODOS SE HAN DESVIADO, A UNA SE HICIERON INÚTILES NO HAY QUIEN HAGA LO BUENO, NO HAY NI SIQUIERA UNO.” Romanos 3:10-12
9. ¿Podemos hacer algo para limpiarnos o
cambiarnos?
“Aunque te laves con soda (lejía) y uses
mucho jabón, la mancha de tu iniquidad está aún delante de mí –declara el Señor
DIOS.” Jeremías 2:22
“¿Puede el etíope mudar su piel, o el
leopardo sus manchas? Así vosotros, ¿podréis hacer el bien estando
acostumbrados a hacer el mal?” Jeremías 13:23
10.- ¿Cuál es el resultado de nuestro
pecado?
a.- Separación
de Dios:
“Porque tú no eres un Dios que se complace
en la maldad; el malo no habitará junto a ti.” Salmos 5:4
“He aquí, no se ha acortado la mano del
SEÑOR para salvar; ni se ha endurecido su oído para oír. Pero vuestras
iniquidades han hecho separación entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros
pecados le han hecho esconder su rostro de vosotros para no escucharos.” Isa
59:1-2
b.- Oscuridad
e Ignorancia Espiritual:
“Pues aunque conocían a Dios, no le
honraron como a Dios ni le dieron gracias, sino que se hicieron vanos en sus
razonamientos y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se
volvieron necios,” Romanos 1:21-22
“NO HAY QUIEN ENTIENDA, NO HAY QUIEN
BUSQUE A DIOS.” Romanos 3:11
“Ya no andéis … en la vanidad de su
mente, entenebrecidos en su entendimiento, excluidos de la vida de Dios por
causa de la ignorancia que hay en ellos, por la dureza de su corazón; y ellos,
habiendo llegado a ser insensibles, se entregaron a la sensualidad para cometer
con avidez toda clase de impurezas.” Efesios 4:17-19
c.- La Muerte Física :
“He aquí, todas las almas son mías;
tanto el alma del padre como el alma del hijo mías son. El alma que peque, ésa
morirá.” Ezequiel 18:4
“La paga del pecado es muerte…” Romanos
6:23
d.- El
Castigo Eterno:
“Y vi un gran trono blanco y al que
estaba sentado en él, de cuya presencia huyeron la tierra y el cielo, y no se
halló lugar para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie delante
del trono, y los libros fueron abiertos; y otro libro fue abierto, que es el
libro de la vida, y los muertos fueron juzgados por lo que estaba escrito en
los libros, según sus obras. Y el mar entregó los muertos que estaban en él, y la Muerte y el Hades
entregaron a los muertos que estaban en ellos; y fueron juzgados, cada uno
según sus obras. Y la Muerte
y el Hades fueron arrojados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda: el
lago de fuego. Y el que no se encontraba inscrito en el libro de la vida fue
arrojado al lago de fuego.” Apocalipsis 20:11-15
11. ¿Por qué reacciona Dios de esta
manera contra nuestro pecado?
a.- Dios
reacciona de esta manera porque es SANTO:
Dios es moralmente perfecto, sin pecado o falla. El no
puede ser tentado por el pecado, ni puede tener compañerismo con él o
soportarlo, porque le da asco y lo aborrece.
“Y el uno al otro daba voces, diciendo:
Santo, Santo, Santo, es el SEÑOR de los ejércitos, llena está toda la tierra de
su gloria.” Isaías 6:3
“Muy limpios son tus ojos para mirar el
mal, y no puedes contemplar la opresión (agravio).” Habacuc 1:13
“Porque tú no eres un Dios que se
complace en la maldad; el mal no mora contigo. Los que se jactan no estarán
delante de tus ojos; aborreces a todos los que hacen iniquidad.” Salmos 5:4-5
b.- Dios
reacciona de esta manera porque es JUSTO:
Dios es el Juez de toda la tierra. Es su obligación moral
juzgar a los que hacen injusticia de igual manera que es la obligación de los
jueces terrenales administrar la justicia:
“El Juez de toda la tierra, ¿no hará
justicia?” Génesis 18:25
“Porque El viene a juzgar la tierra:
juzgará al mundo con justicia y a los pueblos con su fidelidad.” Salmos 96:13
“Entonces pasó el SEÑOR por delante de
él y proclamó: El SEÑOR, el SEÑOR, Dios compasivo y clemente, lento para la ira
y abundante en misericordia y fidelidad; el que guarda misericordia a millares,
el que perdona la iniquidad, la transgresión y el pecado, y que no tendrá por
inocente al culpable;” Éxodo 34:6-7
“Dios es juez justo, y un Dios que se
indigna cada día contra el impío.” Salmos 7:11
“El SEÑOR prueba al justo y al impío, y
su alma aborrece al que ama la violencia. Sobre los impíos hará llover carbones
encendidos; fuego, azufre y viento abrasador será la porción de su copa. Pues
el SEÑOR es justo; El ama la justicia;” Salmos 11:5-7
12. ¿Puede el hombre salvarse a sí mismo
o lograr reconciliarse con Dios?
“Ahora bien, sabemos que cuanto dice la
ley, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se calle y todo el
mundo sea hecho responsable ante Dios; porque por las obras de la ley ningún
ser humano será justificado (salvo) delante de El;” Romanos 3:19-20
13. ¿Qué ha hecho Dios para salvarnos de
nuestro pecado y sus consecuencias?
“Porque de tal manera amó Dios al mundo,
que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en El, no se pierda,
mas tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al
mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.” Juan 3:16-17
14. ¿Quién es Cristo?
a.- Cristo
es Dios:
“En el principio existía el Verbo
(Cristo), y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios.” Juan 1:1
b.- Cristo
es Hombre:
“Y el Verbo se hizo carne, y habitó
entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno
de gracia y de verdad.” Juan 1:14
15. ¿Por qué murió Cristo?
“Cristo murió por nuestros pecados,
conforme a las Escrituras;” 1Corintios 15:3
“Porque también Cristo murió por los
pecados una sola vez, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios,” 1Pedro
3:18
16. ¿Cómo murió Cristo?
a.- Llevando
nuestro pecado:
“Todos nosotros nos descarriamos como
ovejas, nos apartamos cada cual por su camino; pero el SEÑOR hizo que cayera
sobre El la iniquidad de todos nosotros.” Isaías 53:6
“Al que no conoció pecado, le hizo
pecado por nosotros, para que fuéramos hechos justicia de Dios en El.”
2Corintios 5:21
“y El mismo llevó nuestros pecados en su
cuerpo sobre la cruz, a fin de que muramos al pecado y vivamos a la justicia,”
1Pedro 2:24
b.- Separado
de Dios en nuestro lugar:
“Y desde la hora sexta hubo oscuridad
sobre toda la tierra hasta la hora novena. Y alrededor de la hora novena, Jesús
exclamó a gran voz, diciendo: ELI, ELI, ¿LEMA SABACTANI? Esto es: DIOS MIO,
DIOS MIO, ¿POR QUE ME HAS ABANDONADO?” Mateo 27:45-46
c.- Sufriendo
la maldición del pecado y el castigo de Dios en nuestro lugar:
“Cristo nos redimió de la maldición de
la ley, habiéndose hecho maldición por nosotros (porque escrito está: MALDITO
TODO EL QUE CUELGA DE UN MADERO),” Gálatas 3:13
“Ciertamente El llevó nuestras
enfermedades, y cargó con nuestros dolores; con todo, nosotros le tuvimos por
azotado, por herido de Dios y afligido. Mas El fue herido por nuestras
transgresiones, molido por nuestras iniquidades. El castigo, por nuestra paz,
cayó sobre El, y por sus heridas hemos sido sanados. Todos nosotros nos
descarriamos como ovejas, nos apartamos cada cual por su camino; pero el SEÑOR
hizo que cayera sobre El la iniquidad de todos nosotros.” Isaías 53:4
“Pero quiso el SEÑOR quebrantarle,
sometiéndole a padecimiento.” Isaías 53:10
17. ¿Fue la muerte de Cristo suficiente
para salvarnos?
“Entonces Jesús, cuando hubo tomado el
vinagre, dijo: ¡Consumado es! E inclinando la cabeza, entregó el espíritu.”
Juan 19:30
“… pero ahora, una sola vez en la
consumación de los siglos, (Cristo) se ha manifestado para destruir el pecado
por el sacrificio de sí mismo.” Hebreos 9:26
18. ¿Qué sucedió tres días después de la
muerte de Cristo?
“Porque yo os entregué en primer lugar
lo mismo que recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las
Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, conforme a las
Escrituras;” 1Corintios 15:3-4
“el cual (Cristo) fue entregado por
causa de nuestras transgresiones y resucitado para nuestra justificación.”
Romanos 4:25
19. ¿Dónde está Cristo ahora?
“pero El (Cristo), habiendo ofrecido un
solo sacrificio por los pecados para siempre, SE SENTO A LA DIESTRA DE DIOS,” Hebreos
10:12
“Sepa, pues, con certeza toda la casa de
Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho
Señor y Cristo.” Hechos 2:36
“Por lo cual Dios también le exaltó
hasta lo sumo, y le confirió el nombre que es sobre todo nombre, para que al
nombre de Jesús SE DOBLE TODA RODILLA de los que están en el cielo, y en la
tierra, y debajo de la tierra, y toda lengua confiese que Jesucristo es Señor,
para gloria de Dios Padre.” Filipenses 2:9-11
20. ¿Con que propósito vendrá otra vez
Cristo?
a. Cristo
vendrá a salvar a su Pueblo:
“… así también Cristo, habiendo sido
ofrecido una vez para llevar los pecados de muchos, aparecerá por segunda vez,
sin relación con el pecado, para salvación de los que ansiosamente le esperan.”
Hebreos 9:28
b. Cristo
vendrá a juzgar a los que rechazaron el Evangelio:
“… cuando el Señor Jesús sea revelado
desde el cielo con sus poderosos ángeles en llama de fuego, dando retribución a
los que no conocen a Dios, y a los que no obedecen al evangelio de nuestro Señor
Jesús. Estos sufrirán el castigo de eterna destrucción, excluidos de la
presencia del Señor y de la gloria de su poder,” 2Tesalonicenses 1:7-9
21. ¿Qué tenemos que hacer para ser
salvos?
a.- Tenemos
que ARREPENTIRNOS:
Arrepentimiento significa que uno reconoce su mala manera
de vivir (su pecado) y cambia su actitud hacia él. El arrepentimiento es
verdadero cuando llegamos a odiar nuestro pecado y luchamos contra él,
sometiéndonos a la soberanía del Señor.
“y diciendo: El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios
se ha acercado; arrepentíos y creed en el evangelio.” Marcos 1:15
“Por tanto, habiendo pasado por alto los tiempos de
ignorancia, Dios declara ahora a todos los hombres, en todas partes, que se
arrepientan,” Hechos 17:30
b. Tenemos
que CREER:
Creer significa confiar en lo que Dios ha dicho o
prometido. Dios ha prometido salvación a través de su Hijo Jesucristo. Hemos
llegado a confiar en Cristo y el Evangelio cuando nos aseguramos que somos
salvos y tenemos la vida eterna solo por causa de la muerte y resurrección de
Cristo en nuestro lugar.
“Porque de tal manera amó Dios al mundo,
que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en El, no se pierda,
mas tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al
mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.” Juan 3:16-17
“Pero éstas se han escrito para que
creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios; y para que al creer, tengáis
vida en su nombre.” Juan 20:31
“… sabiendo que el hombre no es
justificado (salvo) por las obras de la ley, sino mediante la fe en Cristo
Jesús, también nosotros hemos creído en Cristo Jesús, para que seamos
justificados por la fe en Cristo, y no por las obras de la ley; puesto que por
las obras de la ley nadie será justificado.” Gálatas 2:16
“Porque por gracia habéis sido salvados
por medio de la fe, y esto no de vosotros, sino que es don de Dios; no por
obras, para que nadie se gloríe.” Efesios 2:8-9
22. ¿Es Cristo realmente el único camino
a Dios?
“Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la
verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí.” Juan 14:6
“Y en ningún otro hay salvación, porque
no hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres, en el cual podamos ser
salvos.” Hechos 4:12
“Porque hay un solo Dios, y también un
solo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús hombre,” 1Timoteo 2:5
23. ¿Qué sucede si rechazamos el
Evangelio?
“Porque si continuamos pecando
(rechazando el Evangelio) deliberadamente después de haber recibido el
conocimiento de la verdad, ya no queda sacrificio alguno por los pecados, sino
cierta horrenda expectación de juicio, y la furia de UN FUEGO QUE HA DE
CONSUMIR A LOS ADVERSARIOS. Cualquiera que viola la ley de Moisés muere sin
misericordia por el testimonio de dos o tres testigos. ¿Cuánto mayor castigo
pensáis que merecerá el que ha hollado bajo sus pies al Hijo de Dios, y ha
tenido por inmunda la sangre del pacto por la cual fue santificado, y ha
ultrajado al Espíritu de gracia?” Hebreos 10:26-29
24. ¿Cómo podemos saber que nos hemos
arrepentido y creído, y que somos verdaderamente salvos?
Nuestra vida empezará a cambiar:
“De modo que si alguno está en Cristo,
nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí, son hechas nuevas.”
2Corintios 5:17
25. ¿Cómo cambiará nuestra vida?
a.- El
amor de Dios será una realidad creciente:
“Porque el amor de Dios ha sido
derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que nos fue dado.”
Romanos 5:5
b. Comenzaremos
a demostrar el fruto de un verdadero cristiano:
“Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso
se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos? Así, todo árbol bueno da
frutos buenos; pero el árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede
producir frutos malos, ni un árbol malo producir frutos buenos. Todo árbol que
no da buen fruto, es cortado y echado al fuego. Así que, por sus frutos los
conoceréis.” Mateo 7:16-20
“Mas el fruto del Espíritu es amor,
gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio
propio; contra tales cosas no hay ley.” Gálatas 5:22-23
c.- Andaremos
en la luz de Dios y su Palabra:
“Si decimos que tenemos comunión con El,
pero andamos en tinieblas, mentimos y no practicamos la verdad; mas si
andamos en la luz, como El está en la luz, tenemos comunión los unos con los
otros, y la sangre de Jesús su Hijo nos limpia de todo pecado.” 1 Juan 1:6-7
d.- Confesaremos
nuestros pecados:
“Si decimos que no tenemos pecado, nos
engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros. Si confesamos
nuestros pecados, El es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos
de toda maldad.” 1 Juan 1:8-9
e.- Nos
esforzaremos en conocer los mandamientos de Dios y guardarlos:
“Y en esto sabemos que hemos llegado a
conocerle: si guardamos sus mandamientos. El que dice: Yo he llegado a
conocerle, y no guarda sus mandamientos, es un mentiroso y la verdad no está en
él.” 1 Juan 2:3-4
f.- Amaremos
a otros cristianos y buscaremos compañerismo con ellos:
“El que dice que está en la luz, y
aborrece a su hermano, está aún en tinieblas. El que ama a su hermano,
permanece en la luz y no hay causa de tropiezo en él.” 1 Juan 2:9-10
g.- Tendremos
un rechazo creciente a las cosas de este mundo pasajero:
“No améis al mundo ni las cosas que
están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.
Porque todo lo que hay en el mundo, la pasión de la carne, la pasión de los
ojos y la arrogancia de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el
mundo pasa, y también sus pasiones, pero el que hace la voluntad de Dios
permanece para siempre.” 1 Juan 2:15-17
“¿No sabéis que la amistad del mundo es
enemistad hacia Dios? Por tanto, el que quiere ser amigo del mundo, se
constituye enemigo de Dios.” Santiago 4:4
h.- No
practicaremos el pecado y la rebeldía como un estilo de vida:
“Todo el que permanece en El, no peca;
todo el que peca, ni le ha visto ni le ha conocido… El que practica el pecado
es del diablo, porque el diablo ha pecado desde el principio. El Hijo de Dios
se manifestó con este propósito: para destruir las obras del diablo.” 1 Juan
3:6,8
i.- Seremos
disciplinados por el Señor cuando nos rebelemos sin arrepentimiento:
“HIJO MIO, NO TENGAS EN POCO LA DISCIPLINA DEL
SEÑOR, NI TE DESANIMES AL SER REPRENDIDO POR EL; PORQUE EL SEÑOR AL QUE AMA,
DISCIPLINA, Y AZOTA A TODO EL QUE RECIBE POR HIJO. Es para vuestra corrección que
sufrís; Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo hay a quien su padre no
discipline? Pero si estáis sin disciplina, de la cual todos han sido hechos
participantes, entonces sois hijos ilegítimos y no hijos verdaderos.” Hebreos
12:5-8
“Pero a todos los que le recibieron, les
dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios, es decir, a los que creen en su
nombre, que no nacieron de sangre, ni de la voluntad de la carne, ni de la
voluntad del hombre, sino de Dios.” Juan 1:12-13
“Lo que es nacido de la carne, carne es,
y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. El viento sopla donde quiere, y
oyes su sonido, pero no sabes de dónde viene ni adónde va; así es todo aquel
que es nacido del Espíritu.” Juan 3:6,8
Un Evangelio Reformado
Paul Washer
LAS CINCO LEYES ESPIRITUALES REFORMADAS
El Evangelio que prevalece en América hoy en día
raramente es realmente un Evangelio. Es una versión barata y diluida que es
útil para fabricar roles de miembros, pero no bueno para edificar el Reino de
Dios. Lo que declara sobre el hombre es tan cuidadoso que no ofende a nadie. Lo
que declara de Dios es tan limitado que no molesta a nadie. Lo que demanda es
tan poco que resulta en pequeñas convicciones, no causa un apartarse del pecado
y no hace un llamado a la disciplina comprometida. Si el Cristianismo en
América se ha de recuperar de esta enfermedad que la ha postrado en cama,
entonces debe primero recuperar el evangelio que fue una vez predicado por
Jesucristo y los apóstoles. Debe recuperar el evangelio que siempre es gratis,
pero nunca barato. Debe aprender un Evangelio que es más que una decisión
humana, y que en cambio es el gran poder de Dios. Debe predicar un Evangelio
que no sólo tiene el poder para a todos los que lo abrazan, sino que también
tiene el poder de transformar a todos los éste haya abrazado.
En la pasada edición de HeartCry, estudiamos los
elementos básicos del evangelio: La depravación del hombre, la santidad de
Dios, la ley de condenación de nuestro pecado, y la muerte de Cristo en la Cruz que compró al pueblo de
Dios de la eterna destrucción. En esta edición vamos a considerar el llamado
del Evangelio y la evidencia de su obra. En otras palabras, consideraremos lo
que el hombre debe saber y hacer para ser salvo.
EL EVANGELIO DE HOY
El evangelio de hoy puede ser fácilmente reducido a
“Cinco Leyes Espirituales”. Y son como sigue:
(1) Dios nos ama y tiene un plan maravilloso para nuestra
vida.
(2) Hemos pecado y nuestro pecado nos separa de Dios.
(3) Cristo murió por nuestros pecados.
(4) Debemos hacer una oración de fe y pedir a Cristo que
venda a nuestro corazón y nos salve.
(5) Si pedimos con fe, entonces podemos estar seguros que
somos salvos. Si en algún momento dudamos de nuestra salvación, entonces
simplemente debemos recordar el tiempo en el que hicimos aquella oración de fe
y ver nuestra salvación como un hecho.
Antes de que sigamos adelante, debe decirse que este
método de “compartir” el evangelio ha sido usado para dar a conocer a Cristo a
millones de personas y ha resultado en la salvación de algunos. También debemos
decir que los cristianos que realizan esta presentación del evangelio son mil
veces más útiles para Dios, que el que conoce bien el evangelio, pero no tiene
pasión por compartirlo. Sin embargo, esto también debe ser entendido: que no es
por esa presentación del evangelio que las personas han sido salvadas, sino a
pesar de esa presentación. Hay grandes defectos en la presentación del
Evangelio y están deben ser corregidas si el Evangelio ha de recuperar su
gloria y poder.
UN EVANGELIO CENTRADO EN EL HOMBRE
El evangelio de hoy comienza con el hombre, claramente
poniéndolo en el mismo centro del universo como un ser invaluable por quien
Dios vaciaría todo el cielos para obtenerlo. Esto simplemente no es verdad. Es
Dios quien está en el mismo centro del universo, y sólo Él tiene valor infinito
e intrínseco. Por el otro lado, el hombre es un desertor en el universo, un
rebelde aborrecedor de Dios que ha declarado guerra a Su Soberano, un traidor
que desea que el trono de Su Rey, una criatura que desea usurpar la gloria de
Su Creador, un instrumento creado para adorar que busca ser adorado en lugar de
Dios.
El Evangelio Verdadero no comienza con el valor del
hombre o el maravilloso plan de Dios para el hombre. El Verdadero Evangelio
comienza con una declaración del valor de Dios y Su gran interés por Su propia
gloria. Alguien ha dicho correctamente que el Evangelio no comienza con las
palabras “Porque de tal manera amó Dios al mundo”, sino con la declaración, “en
el principio Dios…”.
En lo que hemos escrito hasta ahora, no estamos
intentando disminuir ni empequeñecer el amor de Dios. De hecho, decimos que el
amor de Dios es tan infinito que va más allá de cualquier intento humano de
definirlo y medirlo. Lo que estamos intentando hacer es poner lo primero,
primero. Lo que decimos es que el hombre existe para Dios, y no Dios para el
hombre. Y que el hombre no es el tesoro del universo, sino Dios. Y lo que Dios
hace, no lo hace principalmente por el hombre, sino por Él mismo y por Su
propia gloria y por el amor que Él tiene por Su propio nombre.
Hoy en día frecuentemente se argumenta que seria
egocéntrico e incluso egoísta por parte de Dios hacer todo lo que Él hace
principalmente para Él mismo y por Su propia gloria. Pero es absurdo pensar de
esa manera. Como cristianos que creen la Biblia , ¿Cómo diríamos que es un hombre que le
atribuye a algo más valor que a Dios o cuando un hombre relega a Dios a un
segundo lugar en su vida? Le llamaríamos idolatría, ¿cierto? Pero, ¿Por qué?
Porque hay una regla en Las Escrituras y en la misma gran estructura de la Creación que declara que
Dios está por encima de todas las cosas y que todas las cosas existen para Él.
Las Escrituras correctamente declaran:
Romanos 11:36
Porque de él, y por él, y para él, son todas
las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén.
Dios legítimamente hace todas las cosas para Él, por Su
propia gloria y por el amor que el tiene de Su Propio Nombre. Si esto fuera de
otra manera, Dios fuera culpable de idolatría y el universo sería un caos. A la
luz de lo que ha sido dicho, deberíamos cambiar la primera “ley espiritual” del
evangelio de hoy en día: “Dios nos ama y tiene un plan maravilloso para nuestra
vida”, por: “Dios es el Creador y Señor del universo y está infinitamente
interesado por Su propia Gloria.
UN EVANGELIO PARA EL ENFERMO
La segunda de las “leyes espirituales” del evangelio de
hoy dice que “hemos pecado y nuestro pecado nos separa de Dios”. El problema
con esta ley no es que sea incorrecta, sino que no va suficientemente lejos.
Nosotros no solamente hemos pecado, sino que somos pecadores. No solamente
hacemos cosas incorrectas, sino que somos incorrectos. El Evangelio no es
buenas noticias para el enfermo o para el que se está muriendo. El Evangelio es
buena noticia para el que está muerto.
Efesios 2:1 “…cuando estabais muertos en vuestros delitos y
pecados.”
Frecuentemente se predica que el hombre es como un
enfermo en su lecho de muerte que puede hacer poco para salvarse, Dios es el
doctor y el Evangelio es la medicina. Dios permanece ante el hombre enfermo con
una cuchara llena de medicina y espera para dársela, pero el hombre debe dar el
primer paso. Debe responder al deseo de Dios de salvarlo y esto lo hace
abriendo su boca para recibir la medicina. Esto es absurdo. Las Escrituras no
dicen que el hombre es pecador-enfermo sino pecador-muerto. Un hombre muerto no
puede responder a ningún mensaje no importa cuan cariñoso o sincero sea, y el
hombre pecaminoso no puede ni dará el primer paso de modo que Dios haga el
resto. La salvación no es la decisión del hombre de aceptar la ayuda de Dios,
sino el poder de Dios por el cual el pecador es resucitado y recibe gracia para
arrepentirse de sus pecados y creer para que de esa manera sea salvo.
En el evangelio que predicamos, debemos no solo decir que
el hombre ha pecado, sino que es pecador, muerto espiritualmente, con la buena
voluntad necesaria para obedecer a Dios estando corrompida y totalmente
destituido de esperanza excepto de la misericordia de Dios. Debemos enseñar que
a menos que Dios obre en favor del hombre, el hombre morirá en sus pecados y
pasara la eternidad bajo la retribución divina. Debemos hablar de la gran
necesidad que el hombre tiene de Dios y de la urgencia de clamar al Dios de
misericordia para que Él haga por ellos lo que ellos no pueden hacer.
A la luz de lo que ha sido dicho, quisiéramos cambiar la
segunda “ley espiritual” de “Hemos pecado y nuestro pecado nos separa de Dios.”
por “Somos pecadores, corruptos en naturaleza y acciones, estamos
espiritualmente muertos, bajo la justa condenación de Dios y totalmente dependientes
de Su misericordia.
UN EVANGELIO INEXPLICADO
La tercera de las “leyes espirituales” del evangelio de
hoy en día es “Cristo murió por nuestros pecados”. Como en el punto anterior,
este definitivamente no es incorrecto, pero es frecuentemente demasiado
olvidado e inexplicado. Cuando predicamos el evangelio, también debemos
enseñar. La muerte de Cristo va a significar muy poco a los pecadores a menos
que se dé una adecuada explicación de por qué y cómo Cristo murió. El hombre
perdido necesita más que unos pocos clichés cristianos, él necesita conocer
algo sobre Dios. Hoy en día oímos mucho de educadores seculares y sociólogos
hablar sobre la “caída de América”, pero parece que este mismo mal ha arribado
a la Iglesia. Así
es que piensa la iglesia de hoy:
“Estamos convencidos de que la teología y la doctrina no
tienen lugar en la vida cristiana y que lo realmente enseña doctrina o se
refiere a la teología en nuestra predicación a los perdidos solo entorpecerá el
mensaje.”
Hemos intercambiado las grandes verdades del mensaje del
Evangelio por pequeñas historias, divertidas ilustraciones y nuestro testimonio
personal. Por favor, no me malinterprete, no estoy en contra de nada que ayude
a comunicar el Evangelio a los hombres, pero cuando los medios se convierten en
el mensaje y el mensaje no es comunicado, se comete un grave error. Lo que Dios
ha hecho en mi vida no es lo importante. Lo que es de suma importancia es lo
que Dios ha hecho en Cristo a través de Su vida y Su muerte. Debemos dar a
entender a los perdidos que lo que es de “primera importancia” es que Cristo no
sólo murió por nosotros, sino que vivió una vida perfecta para nosotros, que Él
llevó nuestros pecados en la Cruz
y fue hecho pecado en nuestro lugar, que Él sufrió la condenación de Dios por cada
ley de Dios que hemos roto, que Él murió en nuestro lugar, separado de la
comunión con Dios y aplastado bajo el peso de la ira de Dios, que Su muerte
pagó la deuda de nuestro pecado antes Dios y proveyó la salvación de Su Pueblo,
que Su perfecta vida proveyó para nosotros un regalo de justicia por la cual
podemos estar ante Dios como “verdadera justicia de Dios en Cristo”.
2 Corintios 5:21 Al que no conoció pecado, por nosotros
lo hizo pecado, para que
nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.
Otro problema asociado con nuestra superficial enseñanza
de la Cruz es
que no hay suficiente énfasis en la resurrección. Debemos entender que un
evangelio que no ofrece salvación debido a la resurrección en sí, no es para
nada un evangelio. Si Cristo no resucitó, aun estamos muertos en nuestros
delitos y pecados. Cualquier hombre puede morir en un madero, pero sólo Dios
puede resucitarlo. Es la resurrección que hace que la historia de la Cruz sea Evangelio (Buenas
Noticias) y es la resurrección la que preserva a la historia de la Cruz de ser una tragedia de
solamente otro héroe con buenas intenciones que murió para nada. Es creer en la
resurrección lo que separa a los fieles de los infieles.
Cuando predicamos el evangelio, debemos proclamar con
gran gozo y convicción que Uno que obtuvo perdón a través de Su muerte se
levanto de la tumba y vive para siempre. ¡Nosotros vivimos, porque Él vive;
podemos morir en esperanza, porque Él murió por nosotros; resucitaremos, porque
Él resucito! ¡Este es el Evangelio!
UN LLAMADO NO-BÍBLICO
La cuarta de las “leyes espirituales” del evangelio de
hoy es que “al escuchar el evangelio los pecadores deben hacer una oración de
fe y pedir a Jesús que venga a su corazón para que los salve. Si la persona
pide con fe, entonces puede estar segura de que ha sido salvada.”
El problema con esta “ley espiritual” es que,
precisamente, es no bíblica. No quiero ser irrespetuoso y seguramente no quiero
mostrar mi limitado conocimiento de Las Escrituras, pero no puedo encontrar en
Las Escrituras donde alguien guió a una persona en oración para aceptar a
Jesús.
Romanos 10:9 que si confesares con tu boca que Jesús
es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás
salvo.
Muchas veces Romanos 10:9-10 es usado para defender este
camino hacia la salvación, pero esto no es una referencia de guiar a alguien en
la oración del pecador, sino una referencia de simplemente depositar la fe en
Jesús. Otras veces, es usado Apocalipsis 3:20 para defender este modo de
invitar a Cristo al corazón:
Apocalipsis 3:20 He aquí, yo estoy a la puerta y llamo;
si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él
conmigo.
Pero este pasaje no está ni cerca de referirse a Cristo
estando a la puerta del corazón del pecador esperando ser invitado por él para
que Cristo entre. Es una referencia de Cristo estando a la puerta de la Iglesia de la cual ha sido
sacado a causa su orgullo, autosuficiencia e independencia. Después de
compartir el Evangelio con un perdido, ¿debemos decirle que hacer?
Debemos simplemente hacer lo que hizo Jesús y lo que los
profetas hicieron, y lo que hicieron los apóstoles que lo siguieron. Debemos
amorosamente decirles, aun rogando, que se arrepientan y crean al Evangelio.
Las Escrituras están llenas de estas invitaciones:
Marcos 1:15 diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el
reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio.
Hechos 17:30 Pero Dios, habiendo pasado por alto los
tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan;
Hechos 17:31 por cuanto ha establecido un día en el
cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los
muertos.
Hechos 20:21 testificando a judíos y a gentiles acerca del arrepentimiento para con
Dios, y de la fe en nuestro Señor Jesucristo.
Hechos 26:20 sino que anuncié primeramente a los que
están en Damasco, y Jerusalén, y por toda la tierra de Judea, y a los gentiles, que se arrepintiesen y se
convirtiesen a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento.
Como podemos ver claramente, hay dos temas en común a
través de las invitaciones del Evangelio en Las Escrituras: arrepentimiento y
fe. No estamos llamados a llamar a los hombres a que hagan una oración en la cual
simplemente pidan que Jesús entre en sus corazones, estamos llamados a llamar a
los hombres a que se arrepientan de sus pecados y crean en el Evangelio.
Hoy en día en la mayoría de las Iglesias Evangélicas de
América, los hombres y mujeres perdidos, los niños y niñas son llamados a hacer
una oración si quieren ir al cielo, cuando deberían ser llamados a que se
arrepientan y confíen en Cristo como su Señor y Salvador. No es la oración la
que salva, sino el sentimiento de arrepentimiento y la fe sincera. ¿Cuantos en
el día de hoy no han sido guiados en la oración del pecador y se ha pronunciado
salvación sobre ellos al momento de decir “amen”, y sin embargo que no se han
arrepentido, ni creído, y sus vidas nunca han cambiado?
No sólo se les da una falsa seguridad, sino que la misma
falsa seguridad los hace endurecerse a las verdaderas demandas del Evangelio.
Ellos se apoyan en su oración como si esta fuera una formula mágica que les
dará la entrada en el Reino de los cielos, y cierran sus oídos a la predicación
del verdadero evangelio.
Las Escrituras declaran bastante claro que hay dos
requerimientos para ser salvos que son el arrepentimiento y la fe, pero ¿que
son estas cosas?
En Las Escrituras, el arrepentimiento involucra las
emociones y la voluntad. El arrepentimiento involucra las emociones en la cual
se sentimos pesar por nuestro pecado. Esto puede ser visto en las palabras de
Pablo a la iglesia de los corintios:
2 Corintios 7:9 Ahora me gozo, no porque hayáis sido
contristados, sino porque fuisteis contristados para arrepentimiento; porque
habéis sido contristados según Dios, para que ninguna pérdida padecieseis por
nuestra parte.
2 Corintios 7:10 Porque la tristeza que es según Dios
produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la
tristeza del mundo produce muerte.
El verdadero arrepentimiento que lleva a la salvación
involucra las emociones en las cuales hay culpa en el corazón del pecador por
hacer algo que rompió la Ley
divina, ofendió a Dios y está en peligro de la ira eterna. Esta culpa es tan
genuina y tan profunda que toca la voluntad del pecado y lo compele a cambiar
de la incredulidad a la fe, de la apatía al interés, del odio hacia Dios al
amor a Dios, de la idolatría a la alabanza, de la rebelión a la sumisión voluntaria,
de la desobediencia a la obediencia.
El arrepentimiento es una cosa poderosa que va más allá
de la capacidad del hombre. De hecho, el arrepentimiento causa un cambio tal en
el pecador que esto solo puede ser atribuido a la gracia de Dios obrando en la
conversión. En Ezequiel 36:26-27, Dios describió el arrepentimiento de la
siguiente manera:
Ezequiel 36:26 Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu
nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os
daré un corazón de carne.
Ezequiel 36:27 Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu,
y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por
obra.
Después de leer este texto, ¿hay alguna duda de que el
arrepentimiento que guía a la salvación involucra un cambio radical que es
desde el comienzo y hasta el final una obra de Dios, y que sin dicho
arrepentimiento no hay salvación?
El verdadero arrepentimiento es una obra de Dios y este
va siempre acompañado de fe en las promesas de Dios. Sin embargo, en la salvación
el hombre no solo se arrepiente, sino que también cree. La verdadera fe no es
tan complicada como algunas veces hacemos que esta sea. La fe es simplemente
creer que algo es así, porque Dios ha declarado que es así. Este es el
significado de Hebreos 11:1,
Hebreos 11:1 Es, pues, la fe la certeza de lo que se
espera, la convicción de lo que no se ve.
El hombre que ha creído para salvación es el que espera
la salvación y la considera como un hecho, aunque no pueda verla. O, para usar
el ejemplo de Abraham en Romanos 4:21, la fe es estar completamente persuadido
de que Dios tiene el poder sobre la salvación que Él ha prometido a través de
Su Hijo unigénito.
Romanos 4:21 plenamente convencido de que era también
poderoso para hacer todo lo que había prometido;
Mi querido amigo cristiano, muchas han sido salvos
mientras oraban la oración del pecador, pero no por causa de sus palabras o la
petición, sino por causa de Dios dar el arrepentimiento y fe, las cuales fueron
puestas en nuestros corazones como un resultado de la conversión. De la misma
manera, muchos han sido guiados a una falsa seguridad de salvación porque
dijeron las palabras correctas, pero la conversión así como el arrepentimiento
y la fe que florecen por este, estaban ausentes. A la luz de lo que ha sido
dicho, quisiéramos cambiar la cuarta ley espiritual de “invitar a los pecadores
a realizar la oración del pecador” a “rogarles que se arrepientan de sus
pecados y se vuelvan a Dios a través de la fe en Cristo”.
UNA FALSA SEGURIDAD
La quinta y ultima “ley espiritual” del evangelio de hoy
toca el tema de lo que es comúnmente llamado seguridad eterna. La ley es algo
así:
“Si alguien que ha repetido la oración del pecador alguna
vez duda de su salvación, entonces debe simplemente volver al tiempo en que hizo
la oración y afirmar que su salvación es un hecho.”
Algunas veces al nuevo converso se le dice que debe
escribir el día de su conversión en la tapa de su Biblia de modo que si alguna
duda lo asaltase, el pueda asegurarse, al abrir su Biblia y mirar la fecha de
su conversión, que ésta se realizó. Esto es absurdo y no-bíblico. De hecho, es
una peligrosa herejía que ha llevado a muchos al camino de destrucción. La
seguridad de salvación no viene de recordar el día en que hicimos una oración,
sino de una adecuada evaluación de la vida de nuestra vida a la luz de Las
Escrituras para ver si hay existencia de evidencia bíblica de salvación.
Cuando Pablo trató con la posibilidad de inconversos
entre los Corintios, él no les dijo que recordaran el día en que hicieron “su
oración” y tomaran la fecha de su conversión en las tapas de sus bíblicas; sino
que les dijo que miraran sus vidas en el tiempo presente:
2 Corintios 13:5 Examinaos a vosotros mismos si estáis en
la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que
Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados?
Para encontrar seguridad, no estamos llamados a ver una
fecha en el pasado, sino ver nuestras vidas en el presente. Debemos
cuestionarnos a nosotros mismos y a nuestra profesión de fe. En las palabras de
Juan el Bautista, ¿estamos dando frutos dignos de arrepentimiento?
Mateo 3:8 Haced, pues, frutos dignos de
arrepentimiento,
En las palabras de Pablo, ¿estamos probando nuestro
arrepentimiento por nuestras obras?
Hechos 26:20 sino que anuncié primeramente a los que
están en Damasco, y Jerusalén, y por toda la tierra de Judea, y a los gentiles,
que se arrepintiesen y se convirtiesen a Dios, haciendo obras dignas de
arrepentimiento.
O, en las palabras de Santiago, ¿es nuestra fe muerta
porque no está acompañada de obras?
Santiago 2:17 Así también la fe, si no tiene obras, es
muerta en sí misma.
En las palabras de Pedro, ¿es nuestro conocimiento de
Dios ineficaz e infructuoso?
2Pe 1:8 Porque si estas cosas están en vosotros,
y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento
de nuestro Señor Jesucristo.
A la luz de lo que ha sido dicho, deberíamos cambiar la
quinta “ley espiritual” de “decirle a aquellos que dudan de su salvación que
miren al día en que hicieron una oración” a “decirles que miren su vida
presente a la luz de las Escrituras. Si no ha habido cambio, ni conformidad de
sus vidas a las Escrituras, ni genuino celo o amor por Dios, entonces no pueden
estar seguros de haber sido salvados.”
LAS CINCO LEYES ESPIRITUALES REFORMADAS
Para concluir este breve articulo del evangelio y de su
predicación a los perdidos, presentaremos las cinco leyes espirituales como son
comúnmente compartidas y como las hemos reformado.
(1) Dios te ama y tiene un plan maravilloso para tu vida.
Dios es el Creador y Señor del Universo y está infinita
infinitamente preocupado por Su Gloria.
(2) Hemos pecado y nuestro pecado nos separa de Dios.
Todos los hombres son pecadores, depravados en su
naturaleza y obras, espiritualmente muertos, bajo la justa condenación de Dios
y totalmente dependientes de Su misericordia.
(3) Cristo murió por nuestros pecados.
Cristo vivió una vida perfecta para nosotros, llevo
nuestros pecados en la Cruz ,
y sufrió la condenación de Dios por cada Ley de Dios que hemos roto. Él murió
en nuestro lugar, separado de la comunión con Dios y aplastado bajo el peso de
la ira de Dios. Su terrible muerte pago la deuda de nuestro pecado y proveyó la
base de nuestra salvación. Su resurrección y perfecta vida nos proveyó un
regalo de justicia por el cual podemos están ante Dios como verdadera justicia
de Dios en Cristo.
(4) Debemos hacer una oración de fe y pedir a Cristo que
venda a nuestro corazón y nos salve.
El hombre se debe arrepentir y creer en el Evangelio. El
arrepentimiento es una tristeza genuina por el pecado y un temor del juicio que
resulta en un volverse del pecador y acercarse a Dios. La fe es la confianza
sencilla de que Dios tiene el poder y la buena voluntad de darnos la salvación
que el ha prometido a través de Su Hijo unigénito.
(5) Si hicimos la oración con fe, entonces podemos estar
seguros que somos salvos. Si dudamos de nuestra salvación, entonces simplemente
debemos recordar el tiempo en el que hicimos aquella oración de fe y ver la
salvación como un hecho.
Si una persona duda de su salvación, debe examinar su
vida a la luz de las Escrituras. Si no ha habido cambio ni conformidad en su
vida a las Escrituras ni genuino celo o amor por Dios, entonces la persona no
puede estar segura de que ha sido salvada.
This concise
overview of the Gospel is an excellent tool for Bible study, discipleship,
evangelism and group studies. For a laminated copy of this card to keep in your
Bible for ready use write to: CHRIST BIBLE Pulpit, P.O. Box 5772 , Oakland ,
CA. 94605 U.S.A. ;
or E-mail us @ wildernesstable@yahoo.com; or call (510) 727-1877.
Tomado de: http://evangelio.wordpress.com/el-evangelio/
Comentarios